Uncategorized

The audio transcription


Download the doc [229 Kb]

Vamos a iniciar esta oración en este día, como todos los meses.

Voy a pedirles a todos, por favor, que pasen a tomar sus lugares, para comenzar, primeramente, como todos los meses, con este rosario, con este rezo, que le hacemos a nuestra Señora.

Hoy es un día de fiesta para nosotros, porque este altar cumple dos años.

Dos años en los cuales se le ha hecho su culto, su rosario cada mes, su oración, su pedimento. Dos años en los cuales este altar ha estado aquí en la calle para todos nosotros y para todos ustedes.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.

Dales Señor, el descanso eterno.
Que descansen en paz.
Oh Jesús mío, perdona nuestras culpas.
Presérvanos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia.

Todos con fe y con devoción decimos:

Santa Muerte.
En el nombre de Dios,
nosotros tus hijos,
tus devotos
y tus seguidores
te llamamos.
Santa Muerte ven con nosotros,
Santa Muerte preséntate entre nosotros,
Santa Muerte protégenos,
Santa Muerte escúchanos,
Santa Muerte ven dentro de nosotros.
Santa Muerte sé con nosotros,
en este día, en esta hora,
y en todo lo restante de nuestra vida.
Santa Muerte,
te pedimos de todo corazón,
que destruyas y que rompas,
todo hechizo, encantamiento y oscuridad,
que se presente, en nuestra persona,
en nuestra casa, trabajo y camino.
Santa Muerte te hacemos presente,
nuestras imágenes y este altar.
Límpialos, quita toda envidia,
pobreza, desamor y desempleo.
Llénalo con tu luz,
y que tu bendita luz,
y tu bendita presencia,
alumbre nuestra casa, trabajo,
el de nuestros seres queridos,
y que este altar sea renovado,
y lleno de luz.
Danos el amor,
la prosperidad,
la salud y el bienestar.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cuando la muerte, se hace presente en las calles y en las casas, exige devoción.

La muerte se apodera de nuestras calles, la muerte se apodera de nuestras casas, tú sabes que sales, pero no sabes cuándo regresas.

Rateros o los narcotraficantes, son los grandes devotos. Son la gente que tiene más alto riesgo de la muerte.

Cuando la muerte exige devoción, se hace presente el esqueleto, en cualquier parte del mundo.

Y el esqueleto… ¿Quién es lo único que te puede proteger contra la muerte?
La propia muerte.
A una avenida antes para atrás de donde está el módulo de Tepito, se suben dos tipos y dicen, “más vale pedir que robar, pero más vale que todos le vayan entrando con cinco pesitos, no queremos tumbarles sus pertinencias”.

A mí me vieron la imagen de la Santa Muerte, y yo ya le iba a dar la moneda que pedían, entonces cuando vieron a la Santa Muerte dijo uno, el tipo ese, que iba hasta atrás, “no pa´ la jefecita mis respetos” y se persigna. ´Tonces se bajan ahí, por el módulo de Tepito.

A la gente que venera a la muerte en esos lugares que son barrios muy peligrosos es porque, ¿cómo decir?, se acercan a ella para que le den protección, porque ellos no saben si tarde o temprano en cualquier momento pueden caer en sus manos, por un asalto, por un robo. Por eso la gente se encomienda a ella, pero para encomendarse en ella, hay que tenerle fe y un respecto.

La Santa Muerte no le gusta que se metan con sus devotos, con sus creyentes de ella, porque los defiende y tarde o temprano el tipo que se mete con ella la va a pagar.
Muchas de las justificaciones que te dan, la gente que adora a la Santa Muerte, es esa. Que dicen es una imagen o es un ente que realmente existe, que vivimos con él día con día. Día con día.

Si tú lo quieres pa´ lo malo
pa lo malo que será.
Si tú lo quieres para el bien
para el bien te será.

Se empezó a hacer esa adoración por parte de la gente que se dedicaba a lo ilícito, asaltantes, violadores, rateros, delincuentes. Toda la delincuencia empezó a buscar una justificación o un patrón a quien encomendarse.

Finales de los setentas, principio de los ochentas, un grupo, de narcosatánicos, era un grupo de gentes, que se dedicaban a secuestrar gente para hacer, no sé, sus misas o sus ceremonias y en el cual tenía que haber sacrificios humanos.

El cabecilla de esa banda, bueno, fue acribillado, porque estaba loco, estaba demente, estaba sometido a esa ideología que él tenía sobre a la Santísima Muerte. O sea él decía que para sobrevivir, para seguir tenido el poder, bueno, creo yo que alguna vez leí que hasta se bebían la sangre, ¿no?, de sus víctimas.

Para mí si tú me preguntas, “bueno, tú ¿tendrías algún inconveniente en ser amigo de alguien quien adora a la Santa Muerte?” No, pues para mí, pues para nada o sea a mí no me molesta, es como si fuera un judío, es como si fuera un protestante, o sea un adorador de la Santa Muerte, es eso, es una persona que necesita alguien en qué creer, en quién encomendarse.
Cuando un difunto se presenta o se manifiesta, lo hace, hermanos, para pedirnos algo o para traernos algo.

¿Cuántas veces en sueños has visto a tu familiar y te previene de peligros, pero tú luego te da miedo? Hay gente que te dice, “sueño mucho con mi papá, sueño mucho con mi tía, sueño mucho con fulano, sueño mucho con mi amigo”. Pues sí, porque te está diciendo, “tarado, por ahí te viene algo”. Lo mismo pasa cuando soñamos a la Santa.

Cristo, nos invita a nosotros a ver más allá de la eternidad. Y a ustedes que son devotos de la Santa Muerte, a todos nosotros que hemos visto a la Señora, pues nos ha dado la dicha de ver, percibir, conocer, lo que hay más allá, en esta tierra.

¿Porque? Porque al recurrir a la Santa Muerte, hemos sentido su presencia, hemos sentido su ayuda, hemos sentido su bendición, y podemos decir hermanos que, no tan solo hay paz, sino también mucha generosidad.

Te pido,
me ayudes,
a limpiar mi hogar,
a limpiar mi vida,
de todos los abrojos
y las cosas negativas.
Tú sabes que necesito mucho de tu ayuda,
porque muchas veces me he equivocado.
Por eso hoy te pido,
me ayudes,
a dejar mi hogar en santa paz.

Ahorita va a ser un momento de silencio.

Siéntanlos, están aquí entre nosotros.
Cada persona le va poniendo parte de lo que ellos conocen. Hacen un sincretismo entre la Santa Muerte con los Oshás, este, de la religión Yoruba, ¿no?

Para muchos santeros ha sido también una herramienta de trabajo, ¿no?, la Santa Muerte.
Y en el momento en el que una imagen, de alguna Santa Muerte, se va a la portada. Esto es muy importante porque entonces, sí genera como un gusto colectivo, ¿no? Entonces, ahora queremos todos, tener a nuestras niñas como novias o reinas o ¿no?

Bueno ahora también, hay una tendencia que las personas se empiezan a… Que se empiezan a generar matrimonios, ¿no? con la Santa Muerte. Entonces hacen sus juramentos hacen todo una festividad en donde una persona, un chico, se casa con su Santa Muerte y puede llegar al extremo, de bueno, de conservarse puro por toda la vida, de ofrendarle, de ¿no?, como a una pareja tal cual.
Estamos construyendo una religión, los que participamos de una o de otra manera al documentar este culto. La persona que ofrece el rosario, que dice el rosario y que inventa unas frases y que después plasma en un documento y que distribuye con los devotos, está creando algo porque los devotos están ávidos, necesitan, están hambrientos de conocer, qué es lo que deben hacer y cómo lo deben hacer.

Yo le decía a Lourdes, que es nuestra editora, “es que es increíble Lourdes, que tus oraciones que te inventaste en tu escritorio las estén diciendo 3500 personas en Alfarería. ¿Tú te habías imaginado algo así, Lourdes?” En su vida, ¿no? Ella lo hace porque es su chamba, porque es su trabajo.
Nosotros tenemos 192 modelos de oraciones supersticiosas y como 170 de oraciones religiosas.

Mi padre trabajó para unas personas en una imprenta de Correo Mayor. Con su liquidación inició a comprar sus primeras máquinas. Realizó la elaboración de la Santa Muerte, del Secreto de la Muerte, de la cédula de San Ignacio, la Magnífica de Cruz.

Sí, mi padre tuvo una discusión muy fuerte con referente a la oración de la Santísima Muerte, porque cuando él vio, había un muestrario de todas las oraciones supersticiosas y todas las oraciones católicas, entonces cuando entró el padre y nosotros no sabíamos o bueno, mi padre no sabía que era un sacerdote, fue una discusión fuerte, ¿no? Porque decía que cómo él vendiendo oraciones católicas, se dedicaba también a hacer lo supersticioso, lo no católico y mi padre le explicó que, bueno, si no se podía sostener de lo religioso, pues él tenía que comer.

Si, esta ya viene de ahí de Taiwan.
Ya la venden en los centros comerciales, que traen muchas cosas de China.
Las plantas curan. Pero hay plantas, hierbas que la utilizan para, para usarlas como protección, para limpias.

Este negocio lo puso mi abuelo hace 50 años y desde esa fecha hasta ahora, pues se ha mantenido en el lugar.

Aquí tiene señor.

Yo no la tenía, o sea mi madre me decía que no, que ella no es devota a la Santa Muerte. Pero generalmente la gente lo pide y le dije “¿sabes qué mamá? La voy a tener porque realmente eso es lo que atrae a la gente”.

Pues me llamó la atención, bueno yo la puse roja porque es el rojo atrae, llama.
El blanco, el rojo, el verde. El dorado, el plateado, el morado.

La verde, la dorada, la plateada y la amarilla es para el dinero. El blanco es para la salud, para la abundancia. El color ámbar, bueno, se dice que son para casos difíciles.
Ya va para siete, como para ocho años, que empezó la Santísima Muerte, la devoción hacia ella, o sea que entró la figura dentro de los mercados.

Más que nada la gente la compra ya sea para empezar su devoción, empezar su altar en su hogar, o simplemente como una ofrenda que ya le dijeron a una de las Santísimas que están en la vía pública.

Si, hago trabajos, limpias. La persona o el cliente o el paciente, como uno les dice a veces, llega y dice que si se le puede hacer una limpia. Le hace la limpia y en la limpia te sale qué daño tienes, qué malo, qué te está, qué te está pasando en tu vida o qué te va pasar. Entonces ya se toma uno cartas y le dices “sabes qué, ya te podemos curar” y ya el cliente te dice “si de acuerdo, estoy de acuerdo vamos a curarme”. Ya le damos el tratamiento indicado para que él salga adelante, se le quite lo que es salación, daño, perjudicación, envidias.

Tú a donde llegues encuentras trabajo, pero el dinero no te rinde, entonces empiezas a ir para abajo, para abajo, hasta que terminas como un pordiosero y nade te extiende la mano. Eso es salación.

Ten mira. Este lo vas a poner en un jardín, lo vas a enterrar, este, que nadie lo encuentre. Con eso ya se domina. Ya te faltan dos semanas pa´que se domine.

Vienen tanto mujeres de la vida galante, mujeres normales, más que nada los clientes de aquí, de uno, son más que nada mujeres.

Un tipo de venganza. Desde adoloridas de que su hombre la engañó, la maltrató o la golpeó.
¿A cómo están? A diez
¿A cómo está? A peso le voy a dar
¿A cien? A cien

¿A cómo está? A cuarenta jefe, a cuarenta
Me lo pones en papel, ¿no?

¿Por acá patrón? Si
A ver, vea usted.

Me da permiso, con permiso.
Mi abuela murió de cien, ciento un años, mi abuela, y ella me enseño a hacer las ofrendas. Cuando alguien fallece, se le pone lo que comía él en vida, y se pone fruta, se ponen flores. Mañana tarde, van a enflorar todos a sus muertos. De ahora empiezan muchos a poner y la levantan el día dos.

Cien pesos.

Ya hace años, y la mayoría de mis amigos me empezaron a decir, ¿no? “Fulano de tal ya no es católico, ya le gusta la Santa Muerte, pero porque cayó al reclusorio y de ahí tomó la Santa Muerte”.

Yo tengo entendido, porque pus soy de aquí del barrio, que la mayoría de los de la Santa muerte pos, delinquen. Inclusive piden para salir o que no los agarren, ¿no?
Comerciantes, algunos dueños de negocios. Aquí en la del centro es donde llegan a venir a veces más policías.

Si, vienen en las ocasiones cuando les tocan servicios, trabajar cerca de la iglesia, pasan ahí a encomendarse antes de empezar o a pedir un favor. A pedirle un milagro a la Santa.

La devoción cambia de un altar a otro.

Y siempre nos están vigilando, para ver qué es lo que hacemos.
Quiten sus Santas porqué voy a utilizar la mesa.

¡Ahí dejalá!

Cristo ten piedad de nosotros.
Señor ten piedad de nosotros.
Señor ten piedad de nosotros.

Mis ojos ya perciben la gran gloria del Señor,
donde la Santa está rompiendo la maldad y el error,
ya desnuda su guadaña cual un rayo de furor,
avanza su verdad.
¡Fuerte!

Los que vayan recibiendo agüita circulando, circulando muchachos, circulando. Joder, ¿quieren agua, sí o no? sí ¿Entonces?
Siento que me protege porque he también sufrido accidentes. He sufrido accidentes en los cuales de ellos he salido ileso, sin ninguna herida, sin ningún daño. He chocado cuatro carros y los he desecho, no me ha pasado nada. Ha habido dos personas que han querido asesinarme. Ha habido dos personas que han querido asesinarme, me han querido asesinar con pistola y no ha disparado. Entonces mi fe en ella, es el creer que me ha protegido.

Yo he cargado con ropa, ¿no?, americana de paca. Tú sabes bien que estas cometiendo un delito, pero estas trabajando honradamente, porque es un trabajo.

Las tres y media de la mañana salí a trabajar, pero no me santigüé ni nada, ¿no?
Y era una estampa, yo tenía agarré y me salí. Salí, salíamos a descargar, ora así como cargador, ¿no? Agarro y me voy, tumbo un poste. Pero digo ¡Ay!, me llaman la atención, salgo. Me dicen llévate a la otra camioneta, me agarren los patrulleros cargado con la mercancía, vamos a parar a la delegación, “¿a ver qué es esto?”. No pues, pero yo cuando estaba dentro de la patrulla, yo le pedí a la Señora, “¿sabes qué?, de aquí en adelante sácame de este problema y antes de salir de la casa me santiguo contigo”.
Bueno, todo empezó por un cuadro de madera, que de hecho de un lado está quemado. Empezó porque este se lo regalaron a mi mamá. Se lo regalaron uno, ese salió del reclusorio, ese cuadro.

Llegó un cristiano y le dice que no eso, que eso no existe, que eso no es de Dios. Entonces mi mamá lo que hace es tirar las imágenes. Las tiró y al día siguiente se quemó mi hermana de todo el cuerpo, de pies a cabeza, y pues se quedó, hasta las cuerdas bucales se le deshicieron. Ya no hablaba, y es mi hermana, la que está conmigo. De hecho es ella. Se quemó todo, se le cayó su pelo. Hablaba y dejó de hablar.

Un devoto le dijo a mamá que se robara una imagen, una imagen negra, que se la robara y que se pusiera a tomar con ella a las 12 de la noche. Se puso a tomar con ella, y este, y le pidió, le pidió que mi hermana no se muriera. Y que ya nunca la iba a dejar. Y que si salvaba mi hermana, a cambio, pues íbamos a poner un altar y del diario, pus íbamos a tenerla, íbamos a tenerlas y íbamos a estar orgullosas de creer en ella, y así vinieran los que vinieran y lo dijeran lo que nos dijeran, íbamos a creer en ella.

En el lugar a donde sí me han hecho varios favores, cuando varia gente sí se pasa, es en Tepito.

También así sus Santísimas que ponen en el suelo, así también nosotros poníamos. Pero fue con doña Queta. Fue con doña Queta, la primera vez que yo fui, así a un rosario, o sea que fui a un altar, altar, altar, fue con doña Queta.
Solo
Sin tu cariño
Voy caminando
Voy caminando Y no sé qué hacer
Ni el cielo me contesta cuando pregunto por ti, mujer.
No he podido olvidarte, desde la noche
Desde la noche en que te perdí
Sombras de luna y cielos
Solo me envuelven
Hay muchos altares. Pero no sé cómo… No sé qué es lo que tiene ella, mano.

Hay uno en la Doctores, hay otro a por acá, por la Valle Gómez, aquí en la 20 de Noviembre, acá, este, en la Merced. Pero ¿te digo una cosa? que… yo he ido así, a misas a…. Acá hay otra en Tepito, en mero Tepito. ¿Verdad hija?, Hay dos, y no hacen las misas como aquí. La gente no se siente como aquí.

Imagínate yo tengo 15 años que, que estoy con ella. Mi esposa ya la tenía anteriormente, ella ya lleva como 30 años estando con la flaquita.

Es bien hermosa, es… para mí es todo ella, para mí es mi hermana, mi mamá, para mí es todo porque es bien hermosa. A mí me ha demostrado muchas cosas si, también me la ha aplicado, ¿no? Porque también me porto mal. Pero o sea, también me ha dicho, “¡órale!”.

Yo estuve en el reclusorio y ahí en el reclusorio trabajamos, esto. Hacíamos imágenes de la Santísima Muerte.

Pues todos somos católicos en todos los países, todos creemos en Dios en todos los países. Pero… Él, Dios nos está mandando a ella. Dios nos la está mandando para todos, no nomás para los mexicanos, pa´ todos.

La hablo y me la imagino. Yo nomás le digo que, cuando ella me quiera llevar, pues yo me voy con ella.
A mí me preguntan, “Oye, pero ¿por qué te acercas allá? Si tú eres católico, tú eres Guadalupano”. Tons, cuando yo les digo, “cuando yo voy allá, mis enemigos, los que no me pueden ver, se están quedando ciegos”. Se espantan, con esas palabras.

Cuando tú estás aquí en “Alfarería” y todos se toman de las manos y escuchas… Dices, “aquí está pasando algo”, ¿no? Cómo entran, cómo saludan, qué hacen… y dices, “no, aquí esto ya está más cabrón”.

Era la devoción tradicional del altar de muertos familiar, a los difuntos, a los familiares, nada de la imagen. Pero lo que sí sabemos, por los abuelos, era que era un culto carcelario… soterrado.

Hubo un cambio en los reclusorios cuando se dejaron de tatuar en la espalda a la Guadalupe o a Cristo, para darse seguridad, y empezó a aparecer la Santa Muerte.

Tepito está a ocho calles del centro de la Ciudad de México. Está en el segundo perímetro del Centro Histórico.

Es un barrio que tiene un estigma, o sea los medios… y algunas clases sociales nunca van a pisar Tepito, o sea los chilangos, los habitantes tradicionales de esta ciudad, no acostumbran visitar a los barrios populares.

En las cárceles, en los reclusorios, hay una población significativa de Tepito, y significativa por ciertas calles y de esas calles por ciertas vecindades o condominios.

Tepito hay mucho trabajo, aunque sea ilegal, ¿sí?, pero hay trabajo. La gente tiene que hacer algo.

En sus calles tiene 10,000 comerciantes. Se vende ropa importada, reciclada, de saldos y hasta robada.
La funeraria se llama “Funerales del Rosario”. Se encuentra ubicada en León de los Aldamas 3189.

Cuando yo llegué aquí, me ofrecieron el trabajo, y este, luego luego nos mandaron a sacar un cuerpo a una delegación, pero no sentí lo que es nada, nada. O sea miedo, no sentí nada. Pero sí, al día siguiente, estuve soñando como ocho días el muerto ese. Dormía yo tantito y lo soñaba que estaba a un lado de mí. Entonces lo platiqué a mi primo, se lo platiqué a mi primo y me dijo que se me iba a quitar como, dice, “en unos ocho días se te quita eso”.

Las cajas no traían a esa imagen, eran lisas. Ahora ya si usted las ve, ya traen ahí la Virgen de Guadalupe. Ya al rato, ya como va con el tiempo con la Santa Muerte, pues sí puede también grabarle ahí la Santa Muerte.

La muerte es una sola muerte, es una sola. No creo que haya varias muertes, es una sola.
Entre los círculos religiosos, “La Guadalupe” sigue obrando milagros, pero “La Santa” no hace milagros, te hace paros, te hace el paro, te quita la bronca. Hay cosas que no le puedes pedir a la Guadalupe, pero a la Santa sí.
Nosotros cuando vamos a ir a la iglesia y vamos a ir a una misa nos regañan mucho. El padrecito, primero nos da unos sermones bien fuertes. Nos regaña y que tenemos que hacer esto y que somos lo otro. Y aquí no hay quien nos regañe, aquí llegan solitas con su corazón tan triste, abatidas con muchos problemas. Y lo primero que hacen es presentarse en frente de ella y decirle “ayúdame madrecita ¿qué hago? Tengo a mi hijo en la cárcel, qué voy a hacer, no tengo dinero. Ayúdame, pon una buena persona en mi camino que me ayude a ver a mi hijo”, ¿me entiendes? Viene otra persona y le dice “Santísima Muerte no tengo trabajo, ¿qué voy hacer? debo mi renta, debo de darle comer a mis hijos, ayúdame”. Y esas gentes encuentran su solución, ¿me entiendes? Pero vienen directo, y no te esperas a que empieza la misa, que el padrecito te empieza a regañar, o sea es un cambio, es otro mundo. Aquí vas directo a lo que vas.

Pueden venir borrachitos, pasaditos, pueden ser señoras de la vida alegre, pueden ser niños gay, gente que tenga dinero, a todos ella los agarra con sus brazos. Ella no hace menos ni a este ni a el otro, a los niños, a todos.

Creo fue el miércoles que uno de mi hijos pidió permiso en Santa Marta. Que si le daban permiso de rezar el rosario adentro del penal de Santa Marta de las mujeres. Y le dieron la autorización a él, y él va a dar y rezarlo cada 15 días. Cuando no hay visita, sacan a todas las internas que creen en “La Santa Muerte” y él les da el rosario.

Cuando te metes en esta fe, como que lo asimilas, como que ya no lo ves con miedo. Teníamos miedo a la gente. Miedo a que… Todavía la gente se da el gusto de decir que somos satánicas, que somos adoradores del diablo, todavía mucha gente lo dice. Pero ahora que se puso el altar, ya la gente ya la saca con tanta facilitad y con tanto amor. Porque si tú le preguntas a la gente que viene aquí, hay gente que dice tengo yo 40 años de ser devota, 35, 28 años, o sea siempre ha existido nada más que la teníamos escondida, pero ahora ella salió.

Para mí ¿cuál es mi satisfacción?, como la persona que puso el altar, ver tanta gente. ¡Oh! eso me llena de gozo. Es una cosa que yo siento aquí que, no sé, a la mejor no la quiero compartir con nadie, pero es una cosa tan bonita que es mía.

Por esto nosotros la decimos la Santa Muerte, por lo linda que ha sido con nosotros, por esto, pero en sí la iglesia no lo ha aceptado nunca.
Y a veces es bueno, ver la gente volver, a decirlo ahí… En Manzanares o un lado de la Merced, cómo acuden a la Buena Muerte. O en Tepito, en Tepito ahí van porque le llama a uno la atención ¿no?, la gente cómo acude con grande fe.

Considerando lo de la muerte, en sí misma es buena, pero considerarla en el sentido de que se venere como otro Dios, es malo.
La idolatría siempre es mala. Pero el hecho es que tenemos un grande depósito de las costumbres náhuatlecas, y entre ellas, la muerte. ¿Qué pasa?, que un sinnúmero de fieles, entre ellos los de Oaxaca, comenzaron a ver que se quitaban las tradiciones, entonces comenzaron a fomentar, que una cosa tan natural del ser humano, era necesario retornar, a aquel concepto de la extrema unción. El hecho es que se ha dado hoy en la iglesia católica una, no que no exista, existe el sacramento
que se decía la extrema unción, pero ahora se ha cambiado el término de extrema unción con la unción de enfermos. La extrema unción casi tenía la finalidad de que ya se iba a morir la persona, pero la unción de enfermos es para que los sufrimientos de la enfermedad puedan ser llevados con paciencia.

La gente indudablemente se quedó más cimentada con la extrema unción. En un principio parecía de una manera muy especial que el culto a la muerte no era una oposición, al principio de la extrema unción, sino simplemente una veneración.

Es una tradición que pertenece a la cultura pero tiene sus desviaciones en todo el aspecto. Son desviaciones.
Mi nombre es Jurek Páramo, tengo 33 años.
Soy cirujano dentista y devoto de la Santa Muerte desde hace 4 años. La vi en un dije.
Realmente yo le tenía miedo. Yo me crié con mi abuela paterna, con mis abuelos paternos y los dos fallecen en el mes de noviembre. De ahí, digamos, entro yo, en… ¿cómo se lo podía decir?, en una depresión, una gran tristeza que me empieza a llevar a una situación de no querer nada de la vida.

Aquí en México se acostumbra mucho o hay la creencia de que los chamanes, los espiritualistas, los santeros o los brujos, como se le suele llamar, te pueden ayudar.

Una vez estando fuera de la casa con una vecina, ella empezó a hablar de estas cosas, de las limpias, de los brujos.

Yo le dije, “oye, yo ando buscando una persona que me ayude”. “¿Tú la conoces?“ Me dice, “sí, pero esta persona trabaja con la Santa Muerte”. Y fue el día que yo llegué al altar de Alfarería. La había visto en dijes, en estampas, pero no había visto la imagen así. Cuando me acerqué en mi mente pasaron muchas cosas, muchos sentimientos, muchos recuerdos, mucha nostalgia, pasó muchos pensamientos.

Ese mismo día me presentaron a Enriqueta Romero, la que es la encargada del altar.

“Necesito alguien que rece el rosario, necesito alguien que me ayude”.

Yo sí la vi desesperada. Como Jurek es muy bondadoso, le dijo, “no se preocupe, yo me sé el rosario, yo lo puedo rezar”. Yo no lo hice pensando en ningún interés, más que agradecerle a la Muerte y ayudar a la señora Enriqueta y ayudar a la gente que tenía su devoción.

Inventar las oraciones, no, en este momento yo no lo hice. Yo agarré el rosario escrito, agarré las oraciones y dije, “Primer misterio, para los presos”, porque es lo que más piden.

Yo vi la necesidad de la gente, porque lo que hacían en Alfarería era una lista muy grande, “por favor pidan por los presos tal, tal, tal” y era una lista grandísima.

Nada más déjeme meterle las oraciones a como yo creo, al rosario, que sean para la Muerte, yo se lo rezo. Yo empecé a rezar los rosarios en Alfarería, y así fue cada mes. El auge fue muy grande, la gente fue mucha.

La oración del Ave María, la oración del Padre Nuestro, es la oración que todo México se puede saber. Es la oración que todo católico sabe, entonces es una base y es un arma de poder. El ungir con los santos óleos era un servicio que cualquier sacerdote daba en cualquier momento y a cualquier hora. Ahora ya te lo cobran, ahora ya te ponen reglas. Ahora ya es muy patente y evidente que te digan, “tienes que estar casado, tienes que vivir en santidad, tienes que vivir así para poder recibirlo y para poder hacerlo”. Ahora ya hay muchas reglas. La gente lo que menos quiere es sentirse oprimida y los más oprimidos son los que me mencionas, los débiles, los delincuentes, los pobres.

Volteó la iglesia y dijo, “¡estás usando mi rosario!”. Voltearon los reporteros a decir, “es que toda clase de delincuentes de esto, hacen esto y esto ¡y la adoran como a la Virgen!”. Quizás no soy el mejor ciudadano, pero yo no me considero delincuente.

Le pido a ella que me ayude a morir en un lugar santo, de una manera santa, de una manera tranquila. Yo le pido a ella que me traiga a mi ser querido, yo le pido a ella que me ayude y me ha ayudado. No hay una iglesia. No lo hay. Hasta el momento la gente que está responsable o a cargo de esos altares, se está dejando llevar por el poder, una vez más, que tiene la Muerte. La gente que está jalando la Muerte.
Aquí está mi altar.
Este es su altar, chiquito, este es su primer altar, este. Este es su primer altar que, nació en esta casa.
Escucha esta oración, escucha este pedimento que te hacemos, Señora, por la salud. Para nosotros, para nuestros seres queridos y para todos aquellos que se encuentran en el dolor. Devuelve la salud a todo aquel que padezca enfermedades incurables, a todo aquel que no tenga una esperanza más de vida, devuélvele la vida y devuélvele la salud. Todos con fe y con devoción, le pedimos la salud y le decimos.

Santísima Muerte protectora,
dueña y señora de la vida,
Ángel que nuestro Padre creó,
para ayudar y servir.
Hoy te imploramos y te suplicamos,
que nos concedas la salud.

Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita eres entre las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.

Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita eres entre las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.

Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita eres entre las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.

Vamos a ponernos de pié hermanos. Les voy a pedir que saquen sus tres monedas, como lo hacemos mes con mes.

Es el momento de hacer presente nuestro trabajo, nuestro negocio, toda la actividad diaria que realizamos. Es el momento de empezar a pedir ahora…